El escapulario no comunica gracias como lo hacen los sacramentos, sino que dispone al aprecio del Señor y al arrepentimiento si se recibe con devoción.El escapulario NO salva por sí solo como si fuera algo mágico o de buena suerte, ni es una excusa para evadir las exigencias de la vida cristiana. Mons. Kilian Lynch, antiguo Caudillo de la Orden